Se desencadeno la lucha por la igualdad en la que participaban sectores postergados y minorías históricamente discriminadas como fue el caso de las mujeres. Esto aporto una naciente diversidad cultural que se fortaleció gracias a la inmigración, fomentada por los viajes internacionales y al desarrollo de las comunicaciones.
Bajo este espíritu se rechazo la exclusión, los prejuicios y visiones sesgadas de los sectores mas conservadores, promoviéndose la conciencia social con ribetes económicos y ecológicos, esto produjo un rechazo a la estética moderna argumentando que ya no era relevante en una sociedad sedienta de aire fresco.
El diseño posmodernista se identifica como tal al diferenciarce y evolucionar con respecto al modernismo gobernado por el estilo Bauhaus, en el que se despliega un estilo pulcro claro y ordenado. A su vez rescata elementos desechados y despreciado por su antecesor, como lo son las referencias históricas, la decoración y lo domestico alusivo a las tradiciones, esto para ampliar sus limites de inspiración. Además se puede describir como una forma intuitiva y espontanea lejana a la racionalización de la comunicación visual transformándola en una forma subjetiva y excéntrica que convierte al diseñador mas en un artista.
Sus comienzos se remontan a la década de 1960 con los términos de Supermanierismo y Supergraficas. El primero de estos términos escondía un afán de menosprecio, relacionándolo con el manierismo, arte elegante que rompió la supremacía de la belleza armónica y natural del alto renacimiento perteneciente al siglo XVI.
El Supermanierismo se aplica fundamentalmente en lo arquitectónico, caracterizándose en una suerte de destape de las formas geométricas tradicionales imperantes en las que se agregaron las diagonales en zigzag a las estructuras verticales y horizontales. Uno de los mas reconocidos supermanieristas fue Robert Venturi, nacido en 1925, fijando su mirada en elementos urbanos despreciados como las carteleras, señales eléctricas e infraestructura peatonal. Adoso al edificio importancia estética en el ambiente urbano, aplicando la interacción de materiales y de elementos gráficos en su estructura, dando pie al concepto conocido como Supergraficas. Otro exponente fue el arquitecto supermanierista Charles W. Moore que con la colaboración de la diseñadora gráfica Barbara Stauffacher, diseñaron un gran proyecto de condominios en Gualala, California en la década de 1960, donde se dejaban ver en paredes y techos aplicaciones de color y forma que entregaban una vigorizante estética.
Las supergraficas surgieron a finales de 1960, consistiendo en la aplicación a gran escala de diseños gráficos geométricos de colores vibrantes mezcladas con grandes tipografías dispuestas en construcciones arquitectónicas; paredes y techos entre otros, permitiendo vivificar estos espacios en extremo planos y desteñidos. Con ello se lograba modificar las atmósferas, que se caracterizaban por ser frías y deprimentes, trasladándose con ello un valor de tipo psicológico mucho mas positivo, entusiasta y agradable para las personas.
Otra característica importante se relaciona con lo meramente decorativo permitiendo la manipulación y posterior modificación de las perspectivas y disposición de distintas gamas de colores vitalizando de esta forma los espacios.
Las Supergraficas adquirieron una gran valor comercial y publicitario para empresas y tiendas en los años setentas, tendiendo profundos lazos comunicadores entre diseño gráfico y arquitectura.
POSMODERNISMO SUIZO
El espíritu del diseño posmodernista suizo mas que buscar eliminar los alineamientos tradicionales que eran dictados por el movimiento tipográfico internacional, que se basaba una tipografía extremadamente formal de características neutrales de claridad y objetividad científica, quiso ampliar su gama de posibilidades inspirándose a través de la aplicación de estilos mas cercanos a lo caótico, espontaneo e intuitivo.
Esto fue posible gracias a la irrupción de una generación de jóvenes diseñadores gráficos como Rosmarie Tissi que en 1964 rompió el esquema tradicional, realizando un anuncio de imágenes desalineadas dispuestas de forma intuitiva y aleatoria donde se dejan ver líneas de bordes discontinuos.
Otro exponente que fue Siegfried Odermatt diseñó una marca para Union State Company, que al igual que Tissi, dispuso un diseño totalmente opuesto al diseño tradicional suizo, organizando de tal forma, sugieriendo una sensación de desorden y la vez de unidad para finalmente conformar una unidad completa. Steff Geissbuhler (1942) no varió de los dos anteriores, desplegando un folleto en que las tipografías se pierden en una especie de túnel.
La no eliminación del estilo tipográfico internacional por parte de estos diseñadores no frenó la necesidad de evolucionar con respecto a este momento, tanto así, que un grupo buscó reinventarse buscando otros parámetros en el diseño tipográfico, dando como resultado la denominada tipografía de New Wave.
NEW WAVE
En esta etapa no se fue condescendiente con el estilo tipográfico internacional que ya empezaba a hastiar por su larga hegemonía en el ambiente del diseño tipográfico.
Fue así como en 1964, un joven llamado Wolfgang Weingart comenzó a cuestionar esta tipografía tan ordenada y refinada. Teniendo esta inquietud se dispuso a aplicar un estilo totalmente opuesto, caracterizado por un diseño alegre basado en la intuición, agregando efectos visuales que enriquecieran su gráfica, decidiendo con esto dar un paso más, incorporando a su repertorio en 1970 la técnica conocida como collage, transformándose en un innovador que creó una forma de gráfica tipografíca e imágenes pictóricas en formas nunca antes vistas
Otro nombre importante es el de Dan Friedman (1945-1995) estadounidense que estudió en Ulm Institute of Design y en Basel School of Design quién innovó en las formas tipográficas y la manera de disponerlas en el espacio, generando efectos por medio de cambios de posición, peso y escala así como, inclinación (romana a itálica) y espaciado de letra.
Otra preocupación fue la contraposición entre legibilidad y disposición de tipografías, ya que estos elementos entran en constante conflicto. El primero permite una lectura clara y eficiente, la otra promueve el interés en aquella lectura.
Un foco importante del posmodernismo se desarrolló en las escuelas de Memphis y San Francisco a finales de la década de los setenta. Sus características y fundamentos se guiaban sobre la base del pluralismo y a la conciliación de los mejores y más diversos elementos que perfeccionaran su diseño a la búsqueda del placer visual.
Estos diseñadores sentían una profunda predilección por la textura, el modelo, la superficie, el color y la geometría juguetona, introduciendo formas caprichosas y exageradas.
Esta escuela manifiesta su interés en la cultura popular contemporánea y en artefactos y ornamentos de culturas antiguas, dejando en segundo plano la función, enfocándose en la imagen icónica del modelo de superficie, la textura y el color también adoptan las formas geométricas exageradas, en colores muy llamativos, siendo de esta forma un estilo de diseño extravagante con vocación decorativa.
La escuela de San Francisco se caracteriza por la innovación del color y la forma floreciendo rápidamente un diseño creativo, optimista y alegre, con un agudo sentido del humor y actitud desenfrenada con respecto a la forma y el espacio. Los estilos posmodernistas de Memphis y de San Francisco se convirtieron en íconos dominantes del diseño de los ochentas, donde la superficie y el estilo se transformaron en su meta y justificación.
Otra etapa del desarrollo del posmodernismo es la del diseño retro y vernáculo en la década de los 80 en donde los diseñadores se sintieron motivados en la comprensión y aplicación de estilos y técnicas usadas en el pasado, rescatando y reinventando sus elementos más característicos y llamativos, de estilos como el Art Nouveau, el Art Deco y el constructivismo ruso. Esta forma de creciente comprensión y apreciación por la historia germinó, en primer lugar en Nueva York, difundiéndose rápidamente por el mundo.
Este movimiento se basó en el reflote, selección y aplicación del diseño modernista europeo de primera mitad del siglo XX, fomentado por un espíritu que se rebelaba contra una tipografía apropiada, rescatando el diseño amanerado y retorcido usado en las décadas de los 20 y los 30.Son estas características de renacimiento histórico las que la hacen parte del diseño posmodernista.
Las impulsoras del estilo retro desarrollado en Nueva York fueron Paula Scher (1953), Louise Fili (1951) y Lapin Goldberg (1953) ellas se enfocaron en las primeras gráficas del siglo XX que iban desde el separatismo vienés hasta los modernistas decorativos de tipos de letra europeos populares. Sus enfoques de espacio, color y textura son frecuentemente personales y originales, la permanente actitud de rechazo de los sistemas reguladores del diseño y específicamente de las tipografías que eran consideradas como adecuadas, las llevó hacia una profunda experimentación en donde se podían divisar exagerados espaciados de letra combinados con sutiles impresiones de texto en color sobre color.
Paula Scher se enfoca y valida el uso de las formas victorianas, Art Nouveau y Art Deco, inspirándose en el constructivismo ruso para la creación de soluciones tipográficas muy imaginativas basadas en fuentes históricas del arte y del diseño.
Louise Fili hace que su trabajo se pueda describir como elegante, refinado e intuitivo donde en sus comienzos se deja ver la influencia que ejerció en ella el nombre de Herb Lubaun, aplicando en sus trabajos temas de corte victoriano y Art Noveau.
Desarrolló un enfoque original en portadas de libros, trabajó con formas de letras excéntricas y gráficas que encontró en mercados de pulgas y pequeños puestos de libros usados de Francia e Italia, desarrollando de este modo un diseño más cercano a lo vernáculo, incorporando fondos texturizados, siluetas de fotografías con elementos decorativos y proporciones exageradas.
Lapin Goldberg fue influenciada por Paula Scher con respecto al veneramiento que ella mostraba hacia la historia del diseño. Su forma de trabajo se enfocó en las portadas de libros, aplicaba principalmente la intuición y en menor grado sus influencias que estaban enfocadas en diseñadores modernistas como lo fue Cassandre.
Se definía como una escrupulosa tipografía con orientación hacia la pintura, explicando de este modo la actitud personal en la cual se basa su trabajo.
Fue así como en 1964, un joven llamado Wolfgang Weingart comenzó a cuestionar esta tipografía tan ordenada y refinada. Teniendo esta inquietud se dispuso a aplicar un estilo totalmente opuesto, caracterizado por un diseño alegre basado en la intuición, agregando efectos visuales que enriquecieran su gráfica, decidiendo con esto dar un paso más, incorporando a su repertorio en 1970 la técnica conocida como collage, transformándose en un innovador que creó una forma de gráfica tipografíca e imágenes pictóricas en formas nunca antes vistas
Otro nombre importante es el de Dan Friedman (1945-1995) estadounidense que estudió en Ulm Institute of Design y en Basel School of Design quién innovó en las formas tipográficas y la manera de disponerlas en el espacio, generando efectos por medio de cambios de posición, peso y escala así como, inclinación (romana a itálica) y espaciado de letra.
Otra preocupación fue la contraposición entre legibilidad y disposición de tipografías, ya que estos elementos entran en constante conflicto. El primero permite una lectura clara y eficiente, la otra promueve el interés en aquella lectura.
Un foco importante del posmodernismo se desarrolló en las escuelas de Memphis y San Francisco a finales de la década de los setenta. Sus características y fundamentos se guiaban sobre la base del pluralismo y a la conciliación de los mejores y más diversos elementos que perfeccionaran su diseño a la búsqueda del placer visual.
Estos diseñadores sentían una profunda predilección por la textura, el modelo, la superficie, el color y la geometría juguetona, introduciendo formas caprichosas y exageradas.
Esta escuela manifiesta su interés en la cultura popular contemporánea y en artefactos y ornamentos de culturas antiguas, dejando en segundo plano la función, enfocándose en la imagen icónica del modelo de superficie, la textura y el color también adoptan las formas geométricas exageradas, en colores muy llamativos, siendo de esta forma un estilo de diseño extravagante con vocación decorativa.
La escuela de San Francisco se caracteriza por la innovación del color y la forma floreciendo rápidamente un diseño creativo, optimista y alegre, con un agudo sentido del humor y actitud desenfrenada con respecto a la forma y el espacio. Los estilos posmodernistas de Memphis y de San Francisco se convirtieron en íconos dominantes del diseño de los ochentas, donde la superficie y el estilo se transformaron en su meta y justificación.
Otra etapa del desarrollo del posmodernismo es la del diseño retro y vernáculo en la década de los 80 en donde los diseñadores se sintieron motivados en la comprensión y aplicación de estilos y técnicas usadas en el pasado, rescatando y reinventando sus elementos más característicos y llamativos, de estilos como el Art Nouveau, el Art Deco y el constructivismo ruso. Esta forma de creciente comprensión y apreciación por la historia germinó, en primer lugar en Nueva York, difundiéndose rápidamente por el mundo.
Este movimiento se basó en el reflote, selección y aplicación del diseño modernista europeo de primera mitad del siglo XX, fomentado por un espíritu que se rebelaba contra una tipografía apropiada, rescatando el diseño amanerado y retorcido usado en las décadas de los 20 y los 30.Son estas características de renacimiento histórico las que la hacen parte del diseño posmodernista.
Las impulsoras del estilo retro desarrollado en Nueva York fueron Paula Scher (1953), Louise Fili (1951) y Lapin Goldberg (1953) ellas se enfocaron en las primeras gráficas del siglo XX que iban desde el separatismo vienés hasta los modernistas decorativos de tipos de letra europeos populares. Sus enfoques de espacio, color y textura son frecuentemente personales y originales, la permanente actitud de rechazo de los sistemas reguladores del diseño y específicamente de las tipografías que eran consideradas como adecuadas, las llevó hacia una profunda experimentación en donde se podían divisar exagerados espaciados de letra combinados con sutiles impresiones de texto en color sobre color.
Paula Scher se enfoca y valida el uso de las formas victorianas, Art Nouveau y Art Deco, inspirándose en el constructivismo ruso para la creación de soluciones tipográficas muy imaginativas basadas en fuentes históricas del arte y del diseño.
Louise Fili hace que su trabajo se pueda describir como elegante, refinado e intuitivo donde en sus comienzos se deja ver la influencia que ejerció en ella el nombre de Herb Lubaun, aplicando en sus trabajos temas de corte victoriano y Art Noveau.
Desarrolló un enfoque original en portadas de libros, trabajó con formas de letras excéntricas y gráficas que encontró en mercados de pulgas y pequeños puestos de libros usados de Francia e Italia, desarrollando de este modo un diseño más cercano a lo vernáculo, incorporando fondos texturizados, siluetas de fotografías con elementos decorativos y proporciones exageradas.
Lapin Goldberg fue influenciada por Paula Scher con respecto al veneramiento que ella mostraba hacia la historia del diseño. Su forma de trabajo se enfocó en las portadas de libros, aplicaba principalmente la intuición y en menor grado sus influencias que estaban enfocadas en diseñadores modernistas como lo fue Cassandre.
Se definía como una escrupulosa tipografía con orientación hacia la pintura, explicando de este modo la actitud personal en la cual se basa su trabajo.
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